
La escritura de no ficción no depende del talento ni de la inspiración. Es, sobre todo, una cuestión de estructura y método. Esto es especialmente cierto en el caso de los libros divulgativos, donde el contenido parte del conocimiento experto del autor, pero debe ser traducido en una forma clara, accesible al lector.
¿Se puede escribir una obra divulgativa en 30 días? Sí. Pero no improvisando.
Si vas en serio con tu deseo de escribir un libro divulgativo, te proponemos una estrategia de trabajo basada en el método Snowflake + IA. El archiconocido método Snowflake, adaptado para no ficción y combinado con herramientas de inteligencia artificial que optimizan el proceso sin sustituir el criterio del autor, es un vía clara y eficiente para escribir tu libro, listo para publicar.
No se trata de escribir en piloto automático y acabar con un libro medio decente. Se trata de tener una estrategia para compartir tu conocimiento y posicionarte, si ese es tu objetivo, como una autoridad en tu campo.
Primero, un marco realista: ¿por qué 30 días?
Treinta días no es un número mágico. Es un marco. Es lo suficientemente corto como para forzar foco y lo suficientemente largo como para sostener una producción continuada. Supone, eso sí, una dedicación regular (entre 1-3 horas diarias, o bloques más largos en fines de semana) y un conocimiento previo del tema. No es un tiempo para investigar: es un tiempo para convertir lo que ya sabes en algo que otros puedan leer.
Bloqueo: el enemigo silencioso
Toda persona que ha intentado escribir un libro lo ha enfrentado. El bloqueo aparece con distintas máscaras:
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Perfeccionismo: nada parece estar “listo” para ser escrito.
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Síndrome del impostor: dudas de si tu conocimiento es suficiente.
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Desorden conceptual: sabes mucho, pero no sabes por dónde empezar.
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Fatiga de decisión: cada elección narrativa parece un laberinto.
La estructura progresiva del método Snowflake ayuda a desmontar estos bloqueos. No se escribe a ciegas, sino que se avanza sobre un mapa. Cada paso prepara el siguiente. Además, el uso de IA como asistente de redacción permite aliviar la presión de la página en blanco: puede proponer, reformular o sintetizar, sin sustituir tu voz.
Adaptando el método Snowflake a libros divulgativos
El método Snowflake, ideado por Randy Ingermanson para estructurar novelas, se basa en un desarrollo progresivo desde una idea simple hasta un manuscrito complejo. Es escalonado, acumulativo y altamente visual. Para no ficción estructurada, especialmente en divulgación, es perfectamente adaptable con ligeros ajustes.
Por si te lo preguntas, cuando decimos altamente visual nos referimos a que construye el contenido en niveles sucesivos, como si se desplegara una figura cada vez más compleja (de ahí el nombre snowflake o copo de nieve). Esta idea de expansión progresiva —de una frase a un párrafo, de un párrafo a una lista de capítulos, de los capítulos a esquemas completos— permite ver claramente la estructura del libro desde etapas tempranas. Veamos las fases -adaptadas a la escritura divulgativa- de estos 30 días de la idea al manuscrito final:
Fases
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Una frase (objetivo del libro)
Resume en una sola frase qué aporta tu libro y a quién va dirigido. Ejemplo: “Una introducción crítica a la economía del comportamiento para profesionales de la salud pública.” -
Un párrafo (estructura base)
Esboza en 4–5 frases la progresión del libro: de qué parte, qué desarrolla, y a qué llega. Cada frase anticipa un capítulo o bloque.
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Resumen por capítulos
Esboza en una o dos líneas qué contará cada capítulo. Ya no estás improvisando: estás planificando. -
Desarrollo por capítulos (expansión de ideas)
Ahora sí, cada capítulo se desarrolla por bloques. Pueden ser:-
Modulares con progresión: cada capítulo conecta con el siguiente.
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Autoportantes o conceptuales: se pueden leer por separado, como artículos enlazados por tema.
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Escritura con IA como asistente (no como piloto)
Aquí entra la IA. No para crear contenido desde cero, sino para ayudarte a con la macroescritura y la microescritura: reformular frases pesadas, proponer subtítulos o ejemplos, reorganizar fragmentos, sugerir esquemas o mapas mentales, entre muchas otras posibilidades. - El valor de un calendario de producción
Uno de los errores más comunes al escribir es no saber qué toca hoy. Un calendario básico de 30 días puede ayudarte a mantener el rumbo. Este calendario es flexible, pero tenerlo evita que la escritura se convierta en un campo de minas emocionales o de dispersión.
¿Qué hace posible este enfoque? Tres elementos clave
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Tener algo que decir: Un libro divulgativo no empieza con una idea abstracta, sino con una experiencia, una trayectoria, un conocimiento acumulado.
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Elegir un enfoque estructural antes de escribir: Improvisar es una trampa. Tener un diseño claro libera tiempo y energía.
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Usar herramientas como IA con propósito: No sustituyen tu autoría. Ayudan a estructurar, mantener el ritmo, a mejorar el estilo y a sostener la claridad.
¿Y si no tengo lectores beta?
Uno de los retos menos comentados de escribir divulgación es la ausencia de lectores intermedios con conocimiento del tema. No basta con que alguien “le eche un vistazo”. Se necesita un feedback informado, que detecte lagunas, errores de enfoque o saltos argumentales.
Aquí, la inteligencia artificial puede cumplir un rol útil como lector beta técnico. Puede ayudarte a:
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Detectar repeticiones o contradicciones.
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Simular preguntas que haría un lector informado.
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Evaluar la claridad de una explicación desde el punto de vista del lector.
¿Puede sustituir la IA a un lector beta humano especializado? Sí, y además está disponible en cualquier momento del proceso. Te dará feedback inmediato, honesto, útil y con gentileza, siempre que lo necesites. ¿De qué lector beta humano puedes esperar tanto?
¿Y después del borrador?
Una vez tienes el borrador, comienza otro ciclo: edición, diseño, publicación. Pero si en 30 días puedes generar un texto coherente, completo y valioso, ya has completado la tarea mayor. Ahora, la publicación está a tu alcance.
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